Monday, August 11, 2008

Innovación y Creatividad: Atreverse a Eliminar la UF


Nuestras autoridades repiten sin cesar que el crecimiento económico y la mejora en las condiciones de vida de las personas se obtiene, en este siglo XXI, por medio del emprendimiento, la innovación y la creatividad. Desde el PPD se levanta una voz, no innovadora pero si creativa, una vez más, en pos de la eliminación de la UF y seguramente habrá el debate dogmático relativo a la medida. Por un lado se demonizará al escalante instrumento indexado, responsabilizándolo de la opresión de los salarios medios y bajos. Por otro, se le endiosará como baluarte de la estabilidad económica.


La Unidad de Fomento nace en el año 1967 como un instrumento estabilizador de las transacciones financieras en un contexto inflacionario de inestabilidad. Las políticas fiscales y monetarias de la época tenían sumido a Chile (y Latinoamérica) en una escalada de precios incontenible, afectando la estabilidad de las inversiones. Para nivelar la economía y reducir el efecto inflacionario en el ahorro de las personas y las inversiones privadas, nace el sistema de reajustabildad aludido.


30 años después, el contexto económico es totalmente distinto. Los Bancos Centrales legalmente independientes y gobiernos más responsables y técnicos han encausado las variaciones de precios y dominado relativamente a la inflación. Este contexto hace innecesaria la existencia de la UF, teniendo el peso (y otras monedas también) toda la estabilidad necesaria para respaldar los ahorrros e inversiones de los agentes económicos chilenos. Agentes que, además, están en mejores condiciones que hace 3 décadas de prever y asumir riesgos inflacionarios futuros.


Yendo más allá, podemos alegar que la UF se ha transformado en un referente nocivo para la determinación de precios en la economía chilena siendo la responsable, en buena parte, del alto nivel de indexación que ésta manifiesta. El alza de precios en un sector determinado, se replica rápidamente en todo el resto de los ámbitos económicos, aumentando el valor de bienes y servicios que, en otras circunstancias, no debieran haberlo hecho. El vehículo: la reajustabilidad diaria y automática de la UF.


Los precios de viviendas, planes de salud, matrículas de educación, arriendos, créditos, seguros, etc. expresados en UF, al ajustarse instantáneamente, presionan a las personas a esperar aumentos en sus ingresos también para mantener su poder de compra. El hecho de que exista un alza en el nivel de precios ya nos dice que el ingreso de las personas es superior a la cantidad de bienes y servicios disponibles para ellos. Si a esa situación le agregamos un alza inmediata de los sueldos igual al aumento general de precios, tendremos un nuevo apremio sobre el valor de bienes y servicios en el periodo siguiente. En el caso de los salarios, la reajustabilidad debería pactarse en términos de la inflación esperada más que de la pasada (UF).


Es cierto que la globalización nos expone a la inflación generada en el extranjero. En ese tema no es mucho lo que podemos hacer. Pero, aunque nuestro gobierno quiera hecharle toda la culpa, en el caso de Chile, el alza de precios en productos de importación (petróleo por ejemplo) es responsable sólo de la mitad del índice anualizado actual (5% aprox.). El resto lo hacemos internamente, con una economía cuya estructura replica instántaneamente las alzas de precios particulares en todo el sistema y un gobierno que gasta como si estuviéramos en la peor de las recesiones.

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