Sunday, August 24, 2014

Salario Placebo

Se acaba de aprobar sin oposición un nuevo salario mínimo de $225.000, un 7,1% mayor que el del año anterior. La decisión, como siempre, tiene un trasfondo político,electoral y mediático. De productivo, muy poco. Los beneficios puntuales de un leve aumento de ingreso pueden ser en términos globales, anulados por un efecto negativo en el empleo de personas menos capacitadas y aumento del empleo informal. De rebote, al usarse el sueldo mínimo como base de cálculo para remuneraciones mayores, impacta las condiciones de empleo de otros segmentos. A eso agreguemos una economía en desaceleración que empeoraría el panorama.
Así las cosas, la medida es insignificante en el combate a la pobreza ya que una parte muy pequeña de los beneficios fluyen realmente a las familias pobres. Pero "suena bien".
Además, la discusión general no aborda las maneras en que los empleadores pueden fácilmente esquivar estos incrementos de remuneración para evitar que las personas pierdan sus puestos de trabajo o vean reducidas sus jornadas. Los trabajadores no sólo se emplean por un sueldo sino por una combinación de salario, beneficios, entorno y satisfacción  laboral. Forzar un sueldo más alto implica que pueden compensarlo en los otros ámbitos. Puede ser que reciban menos capacitación (y es muy valioso); tal vez tengan que pagar por su propio uniforme; los permisos para trámites administrativos pueden reducirse o podrían cambiar a sus empleados al formato de honorarios o derechamente a la informalidad.

No he leído ningún argumento fundado que sostenga que estos aumentos son positivos ni porqué somos una mejor sociedad al forzar a las personas a recibir un sueldo más alto a cambio de la pérdida de otros beneficios.

Claudio Daud Cortès

Wednesday, July 09, 2014

Precio por interno

Hace pocos días, un tuit decía así: 

"Se vende sin apuro - Digno de ver Suzuki… Año 2006 - 92.500 km - Impecable- Consultar precio por DM!"

Algo no sonaba bien...
El libre intercambio de bienes entre personas es tan antiguo como la vida civilizada y es el responsable del desarrollo de nuestra sociedad en los últimos 10.000 años. Le entrega a los individuos acceso a diversos productos que no podrían proveerse por si mismos, mejorando así su calidad de vida. Las redes sociales ofrecen un fértil espacio para comprar o intercambiar bienes al acercar a oferentes y demandantes directamente, evitando intermediarios que encarecen el proceso. Sin embargo, muchas veces no se hace buen uso de ellas, entorpeciendo las facilidades que da un medio de infinitas posibilidades.
Para entender siempre es bueno partir de lo básico. Cuando una persona necesita algo y otra lo tiene, se necesita que coincidan. El primero debe saber del segundo y viceversa: quién es, dónde está, cómo o cuál es su necesidad, cómo contactarse, etc. Luego, deben quedar perfectamente claras las características del producto: especificaciones técnicas, estado, color, marca o cualquier otro dato relevante. Y tercero pero más importante, el precio.
El precio en definitiva es el que induce la compra. Es el que entrega el parámetro para evaluar si lo que obtendremos es más beneficioso que lo que entreguemos. Saber el precio que recibiré o pagaré por algo es una señal instantánea que permite a las partes acercarse. ¿Cuántos televisores vendería el sitio web de una multitienda con sus preciosas fotos y detalladas descripciones, si no incluyera el precio? ¿Qué rotación tendrían los locos con mayonesa si el dueño del restaurant no detallara el valor en la carta? ¿Cuántos viajarían a alentar a la roja a Brasil si la agencia de viajes no expusiera el valor del paquete? Y todo esto en conjunto es solo INFORMACIÓN. Mientras más, mejor.
Vuelvo al tuit (que todos coincidirán es la estrategia más usada). ¿Si el precio es el aglutinador de toda esa información y resuelve el intercambio, porqué ocultarlo? ¿Por qué hacerse la zancadilla de hacer más difícil la venta su producto? ¿Por qué no puedo dar el dato públicamente si estoy dispuesto a informar por mensaje privado a cualquiera que me lo pida? 
Supongamos que un interesado se encuentra con el aviso. Al no ver el precio debe gastar tiempo en consultarlo y esperar la respuesta agregando costos a la transacción. Si el que lo encuentra no está interesado, da lo mismo si tiene precio o no.
En cualquier caso, no tiene sentido a menos que el objetivo sea especular... y eso tampoco ayuda mucho. Omitirlo sólo hace difuso un proceso que, en su esencia, debe ser transparente.

Tuesday, April 22, 2014

Economía cotidiana: diversoderecha

La diversificación es una estrategia corporativa que consiste en aumentar las ventas (o miembros o adeptos) de la organización mediante el desarrollo de nuevos productos para nuevos consumidores. Esta se puede lograr agregando frescos atributos a algún producto existente para hacerlo más atractivo a personas que antes compraban o adherían a la competencia. Mientras más diferenciada sea la oferta de una organización, ya sea un bien o un servicio, más opción habrá de encantar a algún nicho de consumidores nuevo. Sobretodo si esos nuevos atributos están hechos especialmente para ese nicho.
Es precisamente lo que hizo la centroizquierda hace algunos años atrás. De los partidos históricos de la Concertación: DC, PPD, Radicales y Socialistas han proliferado CH1, PRI, MAS, IC, etc. Además "han llevado a su molino" a todo movimiento social de los últimos 4 años: pinguinos, universitarios, mapuches, ayseninos, calameños, gays, etc. Todos muy similares ideológicamente, pero con atributos diferenciadores notorios: ideas, causas, discursos, promesas, rostros. En la elección recién pasada, incluso insertaron al PC. Diversificación perfecta. Resultado a 6 o 7 años de iniciado este proceso: el respaldo electoral histórico para la Nueva Mayoría que ya todos conocemos.
En la vereda del frente, qué hizo la centroderecha: exactamente lo contrario. Ha mantenido por un cuarto de siglo los mismos referentes (RN y UDI), idénticos rostros en primera línea, testarudamente aferrada a algunos hitos conservadores y desalineada con emergentes demandas ciudadanas. Más aún, cercenaron de su coalición a CH1, la única iniciativa renovadora del sector, apenas llegados al gobierno.
¿Entonces, es buena la iniciativa de Amplitud y Evopoli de crear nuevos movimientos políticos? Claro que sí, en la medida que se identifiquen con nuevas ideas, rostros y causas (liberales) que representen a votantes esquivos. Claro que no, si son "más de lo mismo". 
Para consolidar esta estrategia es pésima señal denostarla, como hacen algunos próceres, cobrándole sentimientos cochinos a los que decidieron formar una nueva propuesta desde el mismo sector. Si en vez de acuchillarse por los medios, los adeptos de la Alianza se deciden a avanzar con esta simple y probada estrategia, que tantos dividendos le ha dado a la Concertación, puede que encuentren el millón y medio de votos que andan buscando.

Economía cotidiana: Estudiar y trabajar

Futuros universitarios y técnicos: Durante los próximos 45 días tomarán la heroica decisión de "¿Qué estudiar?". Para unos será fácil, para otros incierto; otros lo tienen decidido hace meses, algunos lo harán a última hora. Pero la resolución va mucho más allá creo. El foco no debiera estar solo en qué carrera elegir sino también en preguntarse "¿en qué quiero trabajar?". 
Con la diversificación de carreras, planes de estudio y especializaciones disponibles, hay varias maneras de llegar a estar calificado para desempeñar un trabajo determinado. Es común hoy encontrar publicistas en puestos de gerencia de marketing, psicólogos en gestión de recursos humanos o chefs dueños de cadenas de restaurantes. Es recomendable que barajen varias alternativas antes de decidir. No solo una en distintas instituciones de educación superior.
Sin embargo, hay algo que no ha cambiado: para tener éxito en el desempeño profesional, no basta con el título profesional o técnico (y no lo han internalizado). Atención!: a la teoría del título hay que agregarle las oportunidades de una buena red de contactos; la experiencia laboral (en cualquier función) y la solidez de una especialización continua. 
La buena noticia es que no es necesario que esperen a terminar su carrera para avanzar en estos 3 objetivos. 
Para los primeros 2, no dejen pasar oportunidades de trabajo. En lo que sea, aunque no tenga relación con su futura profesión. Relaciónense con jefes, clientes, usuarios, colegas. Anoten nombres, teléfonos y cargos. Más de alguno les podrá ayudar cuando empiecen a insertarse en el mercado laboral de su profesión una vez titulados. El que tenga que decidir su contratación bien puede ser a quien atendieron en un restaurante o encuestaron en una calle céntrica. 
Aprendan no solo de su función, de la que tienen otros también. Si pueden, de la de sus jefes. Traten de detectar oportunidades de mejora y propónganlas. Estén disponibles para distintas tareas (prohibido rechazar tareas con el argumento "a mi no me contrataron para eso"). En todos los curriculum vitae que presenten en su vida deberán detallar experiencia y un inicio precoz y diverso siempre es bien recibido.  
Por último, no rechacen capacitarse. El hecho de estar estudiando no impide que agreguen otras competencias transversales. Un cursillo excel, de atención al cliente, manejo de stress o similar siempre hace bien y va a sumar a la hora de buscar trabajo