Wednesday, September 30, 2009

Forjadores del Pensamiento Económico – Milton Friedman (1912 - 2006)

Hace algunos años, en San Francisco, California, un economista buscaba el departamento del ganador del Premio Nobel de Economía de 1976, Milton Friedman. Extraviado y a punto de abandonar su larga búsqueda, dio con la pista que lo llevaría hasta el laureado intelectual: un vehículo estacionado en cuya placa patente se leía MV=PQ.

Milton Friedman, nacido en Brooklyn, Nueva York, logró notoriedad mundial por revitalizar, refundar y ser el principal exponente de la escuela económica del Monetarismo. Esta sostiene que hay una estrecha relación entre la cantidad de dinero en una economía, su producción y el nivel de precios de bienes y servicios. Por lo tanto, el rol del estado, a través de su banco central, es regular la cantidad de dinero circulando en una economía de manera de impedir alzas especulativas de precios, causando inflación. La ecuación inscrita en la patente de su auto es la piedra angular de la teoría monetarista.

Preocupado por el efecto que la inflación tenía en el poder adquisitivo de las personas, sus argumentos eran contrarios a la explicación popular que decía que el aumento de precios era causado por alzas en el precio del petróleo o de los sueldos. Este debate era muy intenso en Estados Unidos a principios de los 70. Escribió: "la inflación es siempre y en todas partes, un fenómeno monetario".

Opuesto al keynesianismo (ver columna anterior), Friedman rechazaba la intervención del estado para incentivar el consumo en una economía en crisis. Más aun, la participación del estado en asuntos económicos debía ser severamente restringida, cediéndole la responsabilidad e iniciativa a los agentes privados. Las privatizaciones y las rebajas de impuestos a empresas y personas debían ser usadas como incentivo para el aumento de la producción. Al respecto dijo: "Soy partidario de rebajar los impuestos bajo cualquier circunstancia y con cualquier excusa, cualquier razón, cada vez que sea posible".

En su autobiografía cuenta haber viajado extensamente desde 1977, incluyendo destinos como las repúblicas de Europa Oriental y China donde realizó asesorías a gobiernos y actividades académicas. De esta última en particular recuerda su segunda visita en 1988 a Shangai para una conferencia sobre desarrollo económico chino. En ésta tuvo una "fascinante sesión" con el gobernante Zhao Ziyang que fue depuesto tres meses después por negarse a usar la fuerza en la plaza de Tiananmen. También visitó Chile en 1975, para dar una serie de conferencias en el Instituto de Economía de la Universidad Católica de Santiago.

Hace casi tres años, Friedman fallece de problemas cardíacos en San Francisco a los 94 años. Interpelado en su última entrevista sobre si se acababa el dilema económico ahora que sus teorías se habían impuesto sobre las de Marx y Keynes, respondió. "es un hecho de que, frecuentemente, las libres transacciones entre dos personas afectan a una tercera...esa es la fuente de todos los problemas del gobierno...Es la razón por la que esta historia nunca terminará".

Friday, September 25, 2009

¡¡Papaaaá no tengo bálsamo!! Eficiencia en la Ducha



Nunca ha dejado de sorprenderme la demanda prácticamente ilimitada de las mujeres por el bálsamo para pelo en la ducha (aunque mis hijas la han llevado a una nueva frontera). Independiente del aroma, la textura o el envase, siempre se les hace poco y hasta pelean por el.
Peor es cuando varias féminas comparten un baño como es la situación en mi casa. Tal vez ese es el motivo por el cuál ninguna marca promociona sus productos para el cabello con un premio de "un año de bálsamo gratis". Quebraría de seguro.
Sin embargo, buscando alternativas de economía doméstica, descubrí esta semana que se puede deducir una forma de introducir incentivos en este minimercado del higiene diario para acotar el consumo y ahorrar unos pesos.
Me percaté de lo siguiente. Todos los lunes les dejo en su baño un envase nuevo de bálsamo. A la mitad de la semana, ya lo tienen consumido en 3/4 partes (a veces más). Los otros tres días, y aquí viene mi sorpresa, se las ingenian con el cuarto de envase que les queda.
¿Porqué la disparidad en el consumo diario? Después de varias elucubraciones llegué a la siguiente conclusión. Así como en los primeros días no son tacañas para lograr una cabellera impecable, en los últimos entran en pánico de sólo pensar en salir de la ducha con el pelo enredado por la falta del maravilloso compuesto. Por lo tanto, al final de la semana dosifican su consumo para que les dure hasta la reposición del siguiente día lunes. Queda demostrado que ante la expectativa de escasez, las mujeres son capaces de administrar mejor el consumo de bálsamo para el pelo. En este mercado unipersonal del ungüento para la ducha matutina, al igual que en todos, al restringirse la oferta, disminuye la cantidad consumida.
Ergo, la solución para disminuir el gasto en bálsamo es recortar la cantidad disponible para la semana usando envases más pequeños. Ante la posibilidad de lavarse el pelo sin bálsamo preferirán reducir la dosis diaria para que dure los 7 días.
Parte de la efectividad de esta maniobra se puede perder por el hecho de que es más caro comprar bálsamo en envases más pequeños (comparando el costo por litro). Para evitar esto, los más meticulosos deberían comprar en envases grandes y trasvasijar a envases pequeños de dosis semanal.
Demás está decir que este modus operandi puede ser replicado con cualquier producto doméstico, incluso la comida, cuyo consumo esté influido por la gran cantidad de volumen disponible en cada uso y ... en que los usuarios no son los que lo compran.

Wednesday, September 16, 2009

Forjadores del Pensamiento Económico - John M. Keynes (1883 - 1946)


Hace un año, la crisis subprime del mercado hipotecario americano se extendió como reguero de pólvora por todo el mundo botando gigantescas organizaciones inversionistas como si fueran kioskos de esquina. Corporaciones titánicas, llenas de dólares y con un mercado copado a quien prestárselo, voltearon su mirada hacia un segmento de clientes más riesgoso pero dispuesto. Cuando esas deudas no se pagaron, cayeron quienes prestaron ese dinero, quienes les prestaron a ellos y quienes compraron sus títulos hipotecarios sembrando el pánico financiero, económico y político.

Aun perplejos y sin respuestas, economistas y técnicos buscaron la salida en las ideas de un extinto colega de la Universidad de Cambridge de la era de la Gran Depresión del 29: John M. Keynes.

Nacido en Cambridge, Inglaterra, Keynes desarrolló conceptos fundamentales para la creación de la macroeconomía moderna. Defensor decidido de las políticas de gobierno que, mediante el uso de herramientas fiscales y monetarias, debían mitigar los efectos negativos en el consumo y el desempleo de los ciclos económicos, las recesiones y depresiones.

De la desastrosa experiencia vivida por la economía mundial en 1929 (el desempleo en Estados Unidos llegó a un 24.75%), Keynes extrajo las ideas revolucionarias que renovarían el pensamiento económico derrumbando las creencias clásicas de que los mercados, en particular el laboral, se autorregulan y tienden naturalmente al equilibrio siempre que no existan intervenciones externas.

La idea central de su escuela de pensamiento, el Keynesianismo, consistía en el reconocimiento de que las decisiones económicas del sector privado no siempre eran eficientes. Por lo tanto, las acciones del gobierno, en cuanto al manejo de su presupuesto y el cobro de impuestos, y las del banco central, en la fijación de tasa de interés y valor de las divisas, debían apuntar a estabilizar la economía disminuyendo los efectos de los ciclos económicos. En simple, cuando una crisis económica impide que la gente mantenga su nivel de consumo, el estado debe gastar por ellos y transferirles dinero (¿les suena el "bono de $40.000"?). Por su parte, el banco central debe prestarle más dinero a los bancos, bajando la tasa de interés y las restricciones, para fortalecer a las empresas y aumentar el valor de la divisa para hacer más competitivo al sector exportador.

Keynes, un declarado agnóstico, vivió su vida entre sus emprendimientos personales y el servicio público. Incluso con su salud deteriorada participaba en iniciativas de integración monetaria mundial. Una serie de ataques al corazón lo encontraron en medio de la negociación de un préstamo de EE.UU. a Gran Bretaña en condiciones favorables. Falleció dos semanas después de volver de Norteamérica en su granja de retiro cerca de Sussex, Inglaterra a los 62 años.

Wednesday, September 02, 2009

Forjadores del Pensamiento Económico – Alfred Marshall (1842 - 1924)


Las propuestas socialistas de Karl Marx le ganaban terreno al estudio económico clásico en el último cuarto del siglo XIX. El descubrimiento de los principios de la utilidad marginal cambiarían el escenario para siempre y le pondrían pantalones largos a la economía como ciencia social. La disciplina se pondría a la altura lógica de las matemáticas y la física.

El principal economista en consolidar este cambio fue el inglés Alfred Marshall, afamado profesor de Cambridge. El título de su libro más influyente, Principios de Economía (1881), así lo demuestra. Alteró el nombre histórico de la disciplina, economía política, a simplemente economía, enviando una señal que ésta era tan formal como la física u otro cuerpo de conocimiento.

Su contribución principal es haber avanzado la economía hacia una ciencia cuantitativa. Sus conceptos principales fueron la oferta y la demanda, la determinación de precios, los costos de producción y el equilibrio de corto y lago plazo.

Marshall fue el primero en introducir los diagramas de oferta y demanda. De ellos se obtenían el precio y la cantidad transada de un bien o servicio determinado en un mercado, "como dos hojas de una tijera". Para obtener el precio de equilibrio debía hacer una serie de suposiciones e introdujo el concepto ceteris paribus en cuanto a que las otras variables que afectaban a un mercado (el ingreso de las personas, sus gustos o el precio de otros bienes) permanecían constantes.

En su propuesta fundió los avances de las dos escuelas económicas predominantes: la clásica de Adam Smith y la marginalista de Jevons y Walras. De la primera infirió la curva de oferta derivada del comportamiento de los costos de producción; de la segunda, la curva de demanda, derivada del beneficio subjetivo marginal de los consumidores.

En su permanente intento de matematizar la economía, Marshall inauguró dos fascinantes conceptos: la elasticidad de demanda y el excedente del consumidor. La primera es una ingeniosa relación numérica que mide la sensibilidad de una persona a los cambios en el precio de un producto. La ideó en la terraza de un hotel de Palermo en 1881. La segunda se refiere a la utilidad obtenida del consumo sucesivo de un producto, siempre valoramos más la primera unidad que las últimas. Como el precio al que las podemos comprar es relativamente el mismo, las primeras las apreciaremos más de lo que valen. Esa diferencia es el excedente del consumidor. Ambos conceptos son hasta hoy de gran utilidad para los productores de todo bien o servicio.

La mayor parte de su vida adulta la vivió en soledad, afectado de cálculos y alzas de presión. Murió en la invalidez a dos semanas de cumplir 82 años en Cambridge, Inglaterra. Uno de sus muchos alumnos, J.M. Keynes, dijo de él: "Como científico que era, dentro de su propio campo, el más grande del mundo por cien años".