Tuesday, July 28, 2009

Cuando Los Contribuyentes Acogen a Los Impuestos

Traducción de la columna de Steven Levitt para el Freakonomics blog del New York Times / 22 de julio de 2009


No es común ver una cita como esta. Refiriéndose a un nuevo impuesto que caerá precisamente sobre los hombros de su negocio y unos pocos más.
Steve De Angelo dijo en un artículo de CNN,

Y decidimos estar a la altura de las circunstancias y hacer una contribución a la ciudad en tiempos de necesidad

Notablemente, DeAngelo no está solamente dispuesto a pagar este nuevo impuesto, incluso lideró el esfuerzo para conseguir su aprobación. Ahora su negocio tendrá que pagar US$350.000 ( 189 millones de pesos chilenos) adicionales el próximo año por este nuevo gravamen.
¿Porqué está DeAngelo tan ansioso por pagar estos impuestos? Estoy casi seguro que no es porque sea un altruista.
La verdadera respuesta, sospecho, es que está generando US$19 millones al año ($10.260 millones de pesos chilenos) en ingresos vendiendo en un mercado (marihuana para uso médico) apenas legal. Y DeAngelo probablemente sospecha que el gravamen aumentará la expectativa de que su negocio se mantenga legal por dos razones.
La primera razón es que aplicando un impuesto a un bien implícitamente dice que el gobierno reconoce la legitimidad de la actividad. Gravamos bienes legítimos y multamos y encarcelamos a quienes vendan bienes ilegítimos. Segundo, mientras los expertos sugieren que la marihuana no es muy adictiva, nuevas fuentes de ingreso por impuestos con seguridad lo son! Entonces apenas los ingresos empiecen a llegar, el gobierno no querrá cerrar la llave.
Estoy curioso por saber de los lectores que tengan información sobre cuánto cobran estos clubes de marihuana médica. No creo que muy caro; la marihuana en la calle es tan barata como puede ser.
¿Alguien me puede explicar cómo un club genera US$19 millones al año en ingresos? Debe haber mucha gente enferma por ahí.

Monday, July 27, 2009

Freakonómico


Freakonomics es un best seller mundial que analiza económicamente los sucesos cotidianos que afectan a las personas y sus interacciones. Explica qué es lo que incentiva a las personas o las empresas a comportarse como lo hacen. Fue escrito por Steven Levitt, economista americano, y ha vendido sobre 3 millones de copias en todo el mundo. Tanto es así que para Octubre de este año ya se anuncia la llegada a las librerías americanas de Superfreakonomics.
Debido al reconocimiento de su libro, Levitt tiene una columna semanal en el New York Times y él y otros colaboradores publican diariamente en un blog del mismo periódico americano (freakonomics.blogs.nytimes.com/). Siempre refiriéndose a la contingencia diaria del ciudadano común desde la mirada analítica de la economía.
Después de alguna mínima burocracia, he conseguido permiso escrito del propio autor para poder traducir al español algunos de sus posteos en el blog de Freakonomics y publicarlos en este.
Me comprometo, en un principio, con uno a la semana. Ojalá les interese.

Friday, July 24, 2009

A Beber Porque No Hay


Semanalmente nos juntamos cuatro amigos. A tomar un trago y hablar un poco de tonteras. Generalmente en día de semana y hasta la medianoche. Hasta la semana pasada el destilado de preferencia era el ron, añejo y dorado. La norma es que sea sólo una botella que nos deleita con 3 fresquísimas cubas libres para cada uno. Es justo decir que nos tomamos un cuarto de botella cada uno.
Pero esta semana se rompió la estructurada jornada etílica. Tres de los participantes habituales llegamos con la acostumbrada botella de ron, la Coca Zero y el hielo. El cuarto, que llegó unos minutos después, lo hizo con una de vodka saborizado a arándanos y un jugo de naranjas light. Argumentó en contra del ron por algún asunto medico relativo al azúcar.
Otro contertulio y yo fuimos rápidamente seducidos por la nueva alternativa. Exquisito brebaje y sin duda que la utilidad marginal de la cuba libre ya se nos acercaba a cero. El restante mantuvo su fidelidad a la bebida caribeña.
A media noche y como es normal, los tres conmutados habíamos matado la sed con tres cuartos del licor ruso. Un poco más en realidad pues había holgura. ¡Pero, para mi sorpresa, mi amigo fiel al ron no se había bebido su cuarto usual! Creo que ni siquiera había llegado a consumir un quinto de la botella.
¿Porqué el tomador de ron solitario, con una botella entera a su disposición, había bebido menos que cuando tiene que compartirla con tres deshidratados más? Pareciera ser una contradicción de las leyes de oferta y demanda pero no es así si nos hacemos una simple pregunta: ¿porqué tomamos?
Lo hacemos, obvio, porqué nos da beneficios; nos gusta como sabe; nos agrada su aroma; nos complacen los efectos en nuestro cuerpo (aunque no el día después). Pero parece que hay otros motivos cuando estamos ante la posibilidad de escasez como la de nuestras reuniones semanales (sólo una botella).
Por eso llegué a la conclusión de que mi amigo devoto del ron no sólo toma porque le gusta sino porque teme que se le acabe. Disputando una botella entre varios le genera la presión de ingerir antes que el otro antes de que se agote. Cuando no tiene ese recelo, bebe más pausado y tranquilo y, por lo tanto, menos.
¿Y porqué los que elegimos el vodka tomamos más? Por lo mismo. Competíamos tres por un trago de esa botella y teníamos la expectativa de que se nos iba a acabar. Esto hizo aumentar nuestra demanda.
El análisis es verídico pero la historia no es ni mentira ni verdad sino todo lo contrario. Salud!

Thursday, July 23, 2009

Forjadores del Pensamiento Económico / Sir William Petty (1623 - 1687)


La teoría económica clásica se desarrolló en Inglaterra a partir de fines del siglo XVIII, sin embargo las bases de este conocimiento se comenzaron a construir cien años antes. La más eminente participación fue la de Sir William Petty nacido en Hampshire, Inglaterra en 1623. De origen humilde y carácter inquisitivo se desempeñó en variadas profesiones: comerciante, marinero, médico y otras. Fue educado en Oxford, miembro del parlamento inglés y miembro fundador del grupo All Souls, asociación filosófica experimental que se constituiría posteriormente en la eminente Royal Society of London.
En su obra Political Arithmetic de 1690 declara su innovador punto de vista para tratar la economía. Dice "En lugar de emplear sólo palabras... y argumentos intelectuales, he tomado el camino... de expresarme en términos de Número, Peso y Medida; de usar sólo argumentos de sentido y tomar únicamente en cuenta las causas que tengan fundamentos visibles en la naturaleza". Dicho de otra manera, usó las matemáticas para medir los efectos de ciertas variables en los mercados y así explicar y prever resultados. De esta manera dio inicio a la econometría.
En cuanto al pensamiento económico, su aporte fue abundante. En Treatise on Taxes, publicado en 1662, se refiere a los ingresos públicos. En este señala que los impuestos son necesarios pero que los gobernantes no deben recaudar más de lo necesario excepto en el caso de que deseen reservar algo para casos de emergencia. Los impuestos bien usados, con economías en los servicios del estado, pueden fomentar el comercio y la industria y así esos dineros pueden volver a las personas. Si estaba de acuerdo con que el estado asistiera a los desempleados para evitar que "pierdan su aptitud para trabajar". Anticipaba conceptualmente el hoy muy manoseado gasto social.
Con respecto al valor de los bienes distingue entre el "verdadero precio corriente" y el precio político. El primero está determinado por cuánta tierra y trabajo son necesarios para producirlos o costos de producción. El segundo, por la cantidad de intermediarios que hay en su comercialización "...por encima de los necesarios" en referencia a las alzas de precios provocadas por los privilegios de comercialización otorgados a ciertas personas. Con respecto a otras causas de la variación de precios de las mercancías dice "...todas las mercancías tienen sustitutos y casi todas las necesidades pueden satisfacerse de diversos modos". El precio de bienes sustitutos y los gustos y preferencias de las personas se reconocen hoy como determinantes de la teoría clásica de demanda.
Sir William murió en su casa de Londres el 16 de diciembre de 1687 a los 64 años. Padecía de gota, dolencia que laceró su pie hasta hacerlo sucumbir de gangrena. Fue enterrado junto a sus padres en su ciudad natal.

Wednesday, July 08, 2009

Forjadores del Pensamiento Económico – Tomás de Aquino



En plena Edad Media, los dogmas eclesiásticos contrarios a la propiedad privada y el comercio se oponían a una realidad económica diametralmente opuesta. Florecía la actividad comercial de la mano de la propiedad e iniciativa individual, el crecimiento de las ciudades y la expansión de los mercados. Ante la evidente nueva coyuntura, la Iglesia no podía mantenerse impávida en su primitiva intransigencia. Cómo no, debía ampliar su tutela a ese novel sector de la sociedad.

Tomás de Aquino (1225 – 1274 a.d.), monje italiano dominico de ascendencia aristócrata, es el principal pensador escolástico y abordó en su extensa bibliografía muchos temas económicos. Siempre con la inclinación de conciliar el dogma teológico con la efervescente actividad comercial imperante.

De la filosofía aristotélica reconoce la importancia de la propiedad privada en el bienestar de las personas. No se opone a que los individuos acumulen bienes siempre que lo que hagan con ellos sea virtuoso. Sostuvo que la disposición honesta de la propiedad acerca más a Dios y asegura la vida eterna.

Al igual que Aristóteles, una vez más, Tomás de Aquino no reconoce el intercambio comercial como algo natural sino que como otra de las necesarias imperfecciones humanas. Así, el hombre debía ejercerlo de la manera más recta posible y en la medida que este satisfaciera las necesidades de su familia y el bienestar del país. El “precio justo” debía ser obtenido en base a los costos de producción de la mercadería incluyendo lo necesario para asegurar la subsistencia del productor. Con este precepto validó algunas fluctuaciones en torno al “precio justo”, éticamente inspiradas, dependiendo de las condiciones del mercado. Vagamente justificaba el libre comercio.

A pesar de que la prohibición del préstamo de dinero con interés, usura, es parte de las enseñanzas bíblicas, el futuro santo lo condenó basado también en las premisas aristotélicas. El dinero es una invención humana y estéril destinado a facilitar el intercambio y no puede generar riqueza por si mismo por ser esta una ganancia injusta y antinatural. El clero perdió esta batalla con la masificación del comercio a través de Europa y mudó su esfuerzo hacia la reglamentación del cobro de intereses amparado en el argumento del lucrum cessans.

Tomás fallece camino al II Concilio de Lyon, al que acudía convaleciente de alguna enfermedad vascular, el 7 de marzo de 1724, donde se expondría su estudio sobre los griegos ortodoxos con el objetivo de unificar las dos Iglesias de oriente y occidente.

Tuesday, July 07, 2009

Incentivos Divinos: Economía en el Cónclave


El 7 de mayo de 1274 se dio comienzo en la Catedral de San Juan, al XIV Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica, también conocido como II Concilio de Lyon. Los motivos principales a tratar en la asamblea canónica eran la reunificación de las Iglesias de Oriente y Occidente (católica y ortodoxa) separadas desde el cisma de 1054 y una nueva Cruzada a Tierra Santa.
En sus materias secundarias, el Concilio reguló las condiciones en que era electo el Papa debido al siguiente suceso. El Papa que convocó la reunión, Gregorio X, fue electo después de casi TRES años de deliberación, causando todos los problemas y rencillas que pueden generarse en una organización así, acéfala por tanto tiempo.
Para evitar que esto volviera a repetirse, se acordó tomar medidas que desincentivaran las largas deliberaciones de los cardenales y que facilitaran los consensos entre las distintas propuestas de sucesores al trono de Pedro. Parece que ya en el siglo XIII habían MBAs dentro de la alta curia.
El resultado fue la bula Ubi Periculum que establecía, en primer término, que los cardenales electores debían reunirse transcurridos máximo diez días después de la muerte del pontífice, totalmente aislados y encerrados con llave (cum clavis o contemporáneamente, cónclave). Su único contacto con el exterior sería a través de una ventana para recibir alimentos. Si dentro de tres días no habían logrado una resolución, sus comidas serían reducidas a un plato a medio día y otro al atardecer. Si llegaban al octavo día sin definición, su alimento diario sólo sería agua, pan y un poco de vino. Además, no percibirían las rentas que les otorgaba la Santa Sede durante todo el tiempo que estuvieran cum clavis.
Genial. O se ponían de acuerdo rápido o se morían de hambre (proverbial es su propensión a la buena mesa) y disminuía su tesoro. Un implacable incentivo para evitar el costo que le significaba a la Iglesia los largos períodos de anarquía. Que ganas de clonar a Gregorio X y sentarlo en el Ministerio de Economía o en la administración del poder legislativo o judicial.
Con algunos periodos de relajo, la normativa de elección de la máxima autoridad eclesiástica se mantiene hasta hoy.