Wednesday, March 25, 2009

Necesidades Infinitas

Sabemos que todo avance del ser humano está determinado por sus necesidades. Desde que se levantó del suelo hace millones de años para mejorar su visión del entorno y equilibrio hasta la creación del iPod para llevar a todas partes su biblioteca musical. Cada avance salda una nueva necesidad y mejora la calidad de vida del hombre.
También sabemos que nuestras necesidades son infinitas y a medida que satisfacemos unas, aparecerán otras más complejas que desearemos remediar. Abraham Maslow teorizó esta situación en su propuesta piramidal en que plantea que el hombre va jerarquizando sus necesidades desde las vitales como comer y respirar hasta las más complejas pscicológicamente como la autoestima y la autorrealización. En la medida que logra una, escala a la siguiente. 
Los recursos que las personas poseemos son escazos para satisfacer todas nuestras necesidades. Ni el dinero, ni el tiempo, ni nuestra capacidad física nos alcanza para hacer todo lo que queremos. Esta dicotomía de necesidades infinitas y recursos escazos es el origen de todas las disyuntivas económicas. 
Pero como somos todos distintos en gustos y preferencias la oferta de productos o servicios para mitigar nuestras infinitas necesidades es igual de inconmensurable. Si no me creen, revisen este  nuevo "modelito" de almohadas.

No sólo asegura un reparador descanso sino que además un hombro fuerte para aquellas que quieren dormir segura. Un producto con un innovador valor agregado. Sólo en Japón.



Wednesday, March 11, 2009

¿Cuál es la Mejor Manera de Dejar Propina?


En su columna del Financial Times , Tim Harford, autor de The Undercover Economist, responde semanalmente, desde su prisma economicista, las preguntas de sus lectores a través de todo el mundo. Este 7 de Marzo le responde a un neoyorquino aproblemado sobre la mejor manera de dar propina a los encargados del estacionamiento donde guarda su auto y así obtener permanentemente un buen servicio de su parte. 
El americano ocupa su coche una vez a la semana y quiere saber si es mejor darles US$2 cada vez o $104 al año en Diciembre cuando más lo necesiten para navidad. Harford no recomienda ninguna de las alternativas. La opción de un pago de US$ 104 se verá disminuída al ser comparada con los bonos y aguinaldos típicos de fin de año. El pago semanal será demasiado predecible y el estacionador, al cabo de un tiempo, lo percibirá como normal y dejará de ser un incentivo para dar un servicio "especial". En caso de que no lo reciba una semana, pensará que fue por molestia del usuario. 
El economista le propone algunas soluciones extrañas como darles una propina semanal escalonada cada semana, impracticable debido a que escalaría hasta un momento en que superaría los US$2 y sería un incentivo a cambiarse de estacionamiento. También sugiere un estipendio semanal sorpresa, que en el año no supere los US$104, solución muy teórica ya que requeriría conocimientos de probabilidades para fijar aleatoriamente el monto semanal de manera de no excederse en el año. Finalmente recomienda premiarlos con US$1 a la semana y un bono mensual de US$5 de modo de maximizar la apreciación del empleado por la costumbre del usuario. No me quedó claro la conveniencia de  esta propuesta por sobre la de un pago fijo de US$2.  También este sería un comportamiento repetitivo que se entendería como "normal" con el tiempo.
Yo creo que hay otra mejor. Está claro que el gringo (y es extensivo a todos los que usamos periódicamente un mismo servicio) tiene definido el monto adicional que está dispuesto  pagar por sobre la tarifa de estacionamiento por recibir un servicio adicional. En este caso, US$2 a la semana por atención especial de los estacionadores. Mi propuesta sería que cada vez que recibiera el trato esperado, les diera los US$2 y lo rebajara cada vez que el servicio adicional no estuviera a la altura. Así estaría dando una señal clara de cuánto más está dispuesto a pagar y por qué servicio agregado. 
Para mantener completamente informadas a las partes de este mini mercado laboral, el dueño del auto debe explicar los puntos bajos que percibe, recalcando que el monto original volverá cuando el servicio mejore. Así, los atendedores sabrán perfectamente qué hacer y cuánto recibirán por ello. Incluso se transformará en un incentivo para innovar con nuevas prestaciones que pudieran aumentar la propina semanal una vez que las que incluyen los US$2 estén satisfechas. 
En Chile recomendaría a los clientes de restaurantes a pagar SIEMPRE un 10% por la atención de garzones que tiene un promedio aceptable de servicio, menos por la deficiente y más por la sobresaliente. Así siempre habrá un incentivo monetario para que se esmeren en entregar prestaciones destacadas.