Wednesday, June 20, 2007

Me Verás Volver: el retorno ochentero y la hipòtesis del ciclo de vida




Vuelve Soda Stereo. Retorna con la promesa de que a través de nuestros oídos, su música revivirá todas las experiencias que marcaron nuestra juventud en la década de los 80. Imposible que, quienes vivimos nuestros años estudiantiles en las postrimerías del gobierno militar e inicio de la democracia, no nos identifiquemos con ese profundo y potente rock que animó fiestas en discotheques, miradores y playas. Tan demandado es este regreso que en tan sólo 48 horas los argentinos agotaran los tickets para los 2 primeros conciertos programados en el Monumental de River. Hasta hoy ya se han agregado 3 shows más en la capital trasandina.


Con revuelo similar vuelve The Police. Están en el tramo norteamericano de una gira que los llevará, de aquí a fin de año, a Europa, Asia, Oceanía y Sudamerica. Como Soda, a tablero vuelto, confirmando dos cosas: el imparable arrastre que tienen los íconos ochenteros y el aire mundial que tiene el fenómeno.


Además, en Chile, podemos notar esta musical moda en el reciente rescate de figuras como A-Ha, Bryan Adams o la españolísima Ana Torroja de Mecano, en el festival de Viña 2007. Tambien contamos con 3 emisoras de radio FM dedicadas full time a revivir el espíritu ochentero: Radioactiva, Universo y Radio X.


¿Porqué?


En las décadas del 40, 50 y 60, los economistas Franco Modigliani (Premio Nobel de Economía de 1985) , Richard Bumberg y Albert Ando desarrollaron una teoría llamada Hipótesis del Ciclo Vital. Ésta propone que, durante sus vidas, las personas tienen, en promedio, un consumo de bienes y servicios relativamente estables con una leve tendencia al alza a medida que envejecen. Por el contrario, los ingresos comienzan nulos (estudiamos hasta los 25 aproximadamente generando mínimos recursos), se incrementan a medida que la persona desarrolla su carrera profesional, alcanzan su peak entre los 35 y 50 años y posteriormente decaen hasta llegar a cero cuando el individuo abandona sus labores productivas y enfrenta el fin de su existencia. Si graficamos ambas variables (en $) en función del tiempo, tendríamos que el consumo sería una recta ascendente con leve pendiente y el ingreso una curva similar a una campana. Algo así:




Este esquema nos ilustra dos cosas. Primero el hecho de que, generalmente, en el tramo central de la vida, una persona cuenta con un nivel de ingreso superior a sus gastos en consumo y por lo tanto tiene excedentes para ahorrar. Esto le permitirá tener recursos cuando al final de su vida sus ingresos ya no le sean suficientes para satisfacer sus necesidades. Segundo, tambien en el tramo central de nuestra vida, estamos en el periodo de poder adquisitivo más alto.

¿Y qué hace un hombre o una mujer con el nivel de ingresos suficientes? Tratar de satisfacer la mayor cantidad de necesidades posibles. Entre ellas la de volver a vivir todas esas emociones de juventud adornada por la música de entonces. Hoy, veinte años después, los de 35 a 45 tienen el dinero como para hacer cantar denuevo a Soda y Police y eso lo saben muy bien las empresas que han organizado y auspiciado estos retornos. Los millones de dólares que les pagaron a los argentinos (4 creo) lo demuestran. Esto indica que la posibilidad de revivir el pasado feliz es un bien escazo apetecido por todos los rangos etarios.

Similar situación ocurrió en los 90 con el furor por The Doors a 20 años de la muerte de Jim Morrison o el regreso de la onda disco que resucitó a KC o Kool and the Gang al finalizar la década.

¿Qué se podría esperar para la próxima década? A los populares de los 90. Quién sabe cuáles serán pero preparense los antiguos fans de Alanis Morissette, Pearl Jam, raperos tipo MC Hammer o Sir Mix-a-lot, Technotronic y el Axé (que horror). Para el 2025: vuelve el reggaeton. ¿Alguien quiere apostar?


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