Los sistemas de pensiones, en todo el mundo, existen por un solo motivo: las personas fallamos a la hora de prevenir los aumentos de gastos y caída de ingresos que tendremos en la vejez. No ahorramos. Esto generaría una catástrofe social, el desamparo de los adultos mayores, que los estados resuelven con algún tipo de ahorro obligado a todo aquel que tenga salario.
Para administrar esa porción de nuestro sueldo que los estados nos obligan a guardar todos los meses, hay dos alternativas genéricas: Entregársela al mismo estado o a un privado.
La primera implica entregar mi cotización a alguna organización gubernamental que, apenas la recibe, la usa para pagar las pensiones de los jubilados en ese momento. Décadas después, cuando llegue la edad de mi jubilación, esta institución me pagará mi pensión usando las cotizaciones de los trabajadores activos de ese momento en adelante (ej en Chile: Cajas pre 1980). En fácil: siendo trabajador activo, financio las jubilaciones; cuando jubilo, me pagan los activos. No muy justo en mi opinión. Además, el aumento de la expectativa de vida de la población, estrangularía al sistema al tener que financiar más años de pensión con los mismos recursos. Otra arista negativa es la política. Organismos públicos con recursos no siempre toman decisiones pensando en el beneficio del cotizante y se dejan llevar por contiendas políticas del momento, perjudicando la rentabilidad.
El segundo modelo consiste en entregarle esa cotización a una empresa privada, sólidamente regulada, la que la guardará en una cuenta individual de mi propiedad y la invertirá en alternativas de mi elección para generar rentabilidad y aumentar mi fondo de jubilación (ej en Chile: AFPs post 1980). En fácil: siendo trabajador activo, ahorro: cuando jubilo, vivo de ese ahorro, no del trabajo de los demás. Más justo y natural en mi opinión.
Teniendo esta justificación tan básica y acorde a la naturaleza humana y el libre albedrío, por qué no perfeccionar el sistema privado en vez de querer incendiarlo? Propuestas hay muchas: incentivar el retardo en la edad de jubilación, fomentar ahorro adicional en la vida laboral activa, disminuir las comisiones de administración vía licitación pública por rondas, mejorar la gestión de cambio de fondos, etc.
Estas y otras aumentarían los recursos disponibles en la cuenta de cada trabajador y mejoraría sustancialmente sus pensiones.