Monday, September 27, 2010

Amor Económico III: ¿Si o No?

Estimado Economista:
Todo este año he coqueteado con un compañero de universidad que me encanta. Es simpático, amoroso, lindo y muy inteligente. Aunque aún no ha pasado nada, basta que me decida a salir con él para que suceda. El problema es el siguiente: varias compañeras andan vueltas locas por él, ha salido con varias y le gusta harto la fiesta. Temo que si empezamos una relación, pronto me haga sufrir. Por otro lado, nadie tiene una bola de cristal y puedo estar prejuzgando. ¿Qué hago?

Vale


Querida Vale:
Tus dudas son más comunes de lo que puedes pensar y asaltan la cabeza de todo quien está por decidirse por una pareja o ya tiene una y tiene dudas sobre lo que puede suceder en el futuro. La respuesta a la disyuntiva está en lo que determina la demanda de una persona por el amor de otra.  Como lo describí en una columna anterior, esto depende del conjunto de atributos psicológicos y físicos que  este tenga. Mientras más amplios éstos sean, satisfarán más necesidades y te harán quererlo/a más.
Pero lo que impulsa a uno/a a querer a otro/a, particularmente, también depende de la EXPECTATIVA de precio futuro que deberá pagar por mantener ese amor (seguir consumiéndolo). Querer estar con otra persona implica un sentimiento de fondo, amor, que no se puede controlar. Eso implica que nos vemos impulsados a quedarnos con esa persona a  toda costa. Incluso sacrificando valores y virtudes íntimas de vital importancia. Y si el precio por estar con alguien sube mucho, generalmente implica sufrimiento. En términos económicos, nuestra demanda por ella se hace inelásticaEn términos de bienes y servicios reales, se puede comparar con tomar un crédito a tasa de interés variable o un plan de salud (el valor lo puede modificar la Isapre cuando quiera). 
En la práctica esto se traduce en que si un individuo cree que su potencial pareja no cumplirá con sus expectativas en el futuro, decide estar sin ella hoy. Aunque esté contento/a con la relación. Así evita pagar ese precio posterior. Además es el motivo por el que hay enamorados que rompen aunque no tienen problemas o diferencias importantes en el presente. La percepción de cada uno y su entorno hace preveer con seguridad problemas en el futuro. Y también, en una decisión psicopatológica, la razón por la cual muchas personas optan por estar indefinida y drásticamente solas. La percepción de costos futuros desincentiva la demanda hoy. 
Entonces esto explica tu indecisión. Tu temor a que el solicitado galán retome su gusto por la diversidad en pleno romance contigo y decida compartir sus atributos con otras representantes de tu género te han hecho privarte de él. Como todos, no quieres pagar ese precio más adelante. Aunque como muy bien escribiste, nadie tiene una bola de cristal.

Tuesday, September 21, 2010

Mediación Desorientada

Por segunda vez este año me encontré con una situación inentendible  e insensata. Un alumno me contaba que había acudido a un mediador para regular la pensión de alimentos y visitas al hijo de 1 año que tiene con una compañera de curso. La instancia es obligatoria y previa a cualquier juicio en los Tribunales de Familia. El resultado fue que la madre y él acordaron el monto mensual de una pensión de alimentos para el bebé y, a instancias del mediador, dejaron la definición de las visitas para más adelante. La justificación del profesional para este desatino fue “para facilitar el acuerdo y evitar problemas a la pareja”.
Nada más alejado de la realidad. Hoy el joven padre tiene muchos más problemas que antes para visitar va su hijo, quedando éstas al capricho de la madre. Más aun, la amenaza de terminar en el calabozo de algún tribunal es terroríficamente cierta cada vez que, por lo irregular de sus ingresos de estudiante, se retrasa en cumplir con la pensión.
La mediación obligatoria se instauró a partir de junio de 2006 como una medida para desatochar los juzgados que no daban abasto para resolver las disputas intrafamiliares. Si bien el ministro de justicia de la época anunciaba que “...beneficia a los hijos, evitándoles ser parte de la dura disputa que muchas veces sus padres protagonizan al llevar sus diferencias a juicio.”, el caso que les relato dista mucho de eso.
En términos de intercambio, la pensión de alimentos son los recursos que un padre entrega a cambio de satisfacer la necesidad de estar presente y participar en la crianza y desarrollo de su hijo. Entonces la solución propuesta e inducida por el mediador es el símil de matricularse en una universidad, pagar la mensualidad obligatoriamente y esperar sin derecho a reclamo que los profesores tengan ganas de hacerle clases. Impresentable. La poca experiencia en asuntos legales y la arraigada creencia de que los tribunales favorecen siempre a la parte materna provocan que el padre acepte cualquier cosa.
Entonces concluyo sin temor a equivocarme que el incentivo prioritario que mueve la función de los mediadores no es el bien común de la pareja y los hijos. Por el contrario, priorizan el acuerdo rápido para desatochar los Tribunales de Familia y poder atender más casos al día. Desconozco cómo el Poder Judicial remunera a los mediadores (profesionales independientes) pero sería un nefasto incentivo si lo hiciese en base a pago por cada mediación exitosa que no llega a tribunales. Así parece ser la situación.
El sistema de mediación cumple bien su objetivo de descongestionar al Poder Judicial de juicios de fácil resolución pero debe alinear sus objetivos para cumplir con un deber muy superior: dar a cada uno lo que se merece.